miércoles, 2 de septiembre de 2009

Movilizada


Noche movilizadora donde las maravillas se suceden de una en una y dónde , de repente, el corazón se salta del pecho para parase frente a mí y decirme: "Qué estás esperando?". Y la verdad que yo ya no espero nada. Entonces tomo mi nariz roja y me pongo a andar. O a mover el cuerpo, o a vivir. Y hace años que doy vueltas y vueltas sobre lo mismo, y ya no quiero dar más vueltas, ahora quiero ir directo al grano.
Y esto me moviliza, me provoca insomnio, me pone inquieta porque quiero todo ya, porque ya es hora de volver a la poesía , a esa poesía que me hace tan felíz. Y para eso necesito mis botines, mi vestido blanco, mi calzón rayado, mi sombrero con moño azul.
Entonces, cuando logro dormirme, sueño, sueño con payasos que me llaman, me hacen señas, se ríen y me esperan, me indican el camino y me revelan su secreto.
Y todo pasó anoche entre tanto amor desbordado, entre tanta locura hermosa, dónde mientras mi amor, mi gran amor, me declaraba amor eterno, yo le revelaba lo que soy: una payasa irremediable y feliz