jueves, 10 de diciembre de 2009

Escritora

Hace mucho que no hablo de lo que me hizo mal. Y pensar en lo que fue, ya no me hace daño. Los caramelos estuvieron bien en su momento. Recordar el lugar exacto de aquel beso o de aquel golpe, o de aquel aroma a cafe recién hecho, es como una fotografía impresa en papel mate.
A veces me gustaría volver por un instante a aquellas tardes de sodero en la puerta y risas en el jardín de al lado. Pero también quiero estas noches calurosas de lectura en la cama, al compás de un ventilador de plástico barato mientras ella, a mi lado, diseña un programa en su notebook.
Hace mucho que no escribo, hace mucho, un año, desde que se me fueron las ganas de escribir. Pero no me duele tanto. Extraño a veces el ejercicio, pero no me molesta.
Y me han pasado cosas que seguramente me perdí en otros momentos. Como disfrutar de un cena tranquila, sin sobresaltos ni inspiraciones que no permiten perder el tiempo, porque no había que perder el tiempo. Hablo de la escritura por supuesto. Esa manía de contarle a alguien por escrito mi vida. Ese impulso sobreactuado de detallar paso a paso mis movimentos, todos, hasta los más mínimos. Por suerte he sido desintoxicada, pero ahora sólo escribo de vez en cuando, cuando extraño o cuando algo me inspira, como puede ocurrir ahora.
Ahora me inspiran ciertas texturas, como la de la fotografía mate, como la ropa recién sacada de la soga, como la piel de un bebé que se duerme sobre mi pecho sintiéndose seguro conmigo aunque sepa que no soy su mamá. Ahora me inspiran ciertos amores, de los buenos, de los que no condicionan, ni celan, ni enferman, pero que están ahí, latentes, y que preferimos dejarlos como están, así, dormidos.
Ahora me inspira la escritura porque sí, porque se me ocurre, porque tengo ganas, porque soy felíz.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Sobre lo desconocido

Lo que no se conoce, aterra. Y si aterra, mejor lo prohibimos porque como no lo conocemos, es malo... y si lo conocemos y nos gustó es muy malo. Entonces, como es malo, inventamos excusas como las religiones, para evitar que eso que no conocemos (o sí), y tememos, sea controlado de alguna manera. Y hacemos propaganda en contra, inducimos al odio y a la ignorancia, porque cuanto menos se sepa del asunto, mejor. Y para que esté bien controlado, tenemos que aterrorizar al de al lado, mintiéndole, diciendole que eso desconocido es súper contagioso, que una vez que lo dejaste ser, se extiende como plaga y te va a contagiar a vos, a tus hijos y a la comunidad toda. Y para que el otro piense como uno, hacemos mediante el boca a boca o los medios de comunicación, que se vayan creando odios, inseguridades. Entonces creamos guetos para tener a todo eso que desconocemos guardado en un lugar para que no moleste. Y que ni se les ocurra pedir por sus derechos! porque los derechos son de uno que se rompe la cabeza pensando en políticas de este tipo para tener bien lejos a lo desconocido.
No importa si eso que desconocemos, nos educa, nos sana cuando estamos enfermos, nos entretiene cuando vemos la tele o vamos al cine o al teatro, o está dejando la vida en un frente de batalla, o nos cuida los nenes cuando nos vamos a una fiesta de casamiento.
Tampoco importa que paguen los impuestos. Y gracias que los dejamos votar!. Pero que ni se les ocurra pedir por sus derechos por favor!. Por eso está bueno la burla, la descalificacion, la degradación en los programas de televisión, esta bien que se muestren cosas grotescas para que los demás no los tomen en serio y se dejen de una vez de molestar.
Porque, cómo se les va a cruzar por la cabeza a esa manga de seres humanos que preferimos desconocer, ignorar y ocultar como si no existieran, pedir por los mismos derechos que nosotros y encima, con los mismos nombres!

lunes, 23 de noviembre de 2009

Felicidad


Hay muchas cosas buenas. Y me están pasando a mí. Dicen que en la vida, uno va cosechando lo que siembra, pero nunca me imaginé que las mías eran muy buenas semillas. Hay amor. Será esa la receta?. Será acaso esa cosa de dar sin esperar nada a cambio?...


Hay un bichito, de ojos saltones, que camina todo el día por dentro y por fuera de mí, y que de noche duerme en mi corazón. Se alimenta de mis emociones y me dice cosas al oído.


Hay un cambio, que da vuelta todo, y, aunque esté patas arriba, está perfecto. Quizás sea esa sensación de vida plena, o quizás el mareo que provoca el envión que nos ayuda a volar.


Hay gente, que mira a los ojos y que te dice la verdad sin pronunciar palabra. Hay gente que te mira con ojos como de ciencia ficción y enseguida te enamorás perdidamente de ellas. Hay gente que se acerca y la electricidad de su piel te provoca pequeños escalofríos que te provocan risa.

Y está una, que no puede dejar de sonreìr y que no sabe que hacer con todo eso.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Movilizada


Noche movilizadora donde las maravillas se suceden de una en una y dónde , de repente, el corazón se salta del pecho para parase frente a mí y decirme: "Qué estás esperando?". Y la verdad que yo ya no espero nada. Entonces tomo mi nariz roja y me pongo a andar. O a mover el cuerpo, o a vivir. Y hace años que doy vueltas y vueltas sobre lo mismo, y ya no quiero dar más vueltas, ahora quiero ir directo al grano.
Y esto me moviliza, me provoca insomnio, me pone inquieta porque quiero todo ya, porque ya es hora de volver a la poesía , a esa poesía que me hace tan felíz. Y para eso necesito mis botines, mi vestido blanco, mi calzón rayado, mi sombrero con moño azul.
Entonces, cuando logro dormirme, sueño, sueño con payasos que me llaman, me hacen señas, se ríen y me esperan, me indican el camino y me revelan su secreto.
Y todo pasó anoche entre tanto amor desbordado, entre tanta locura hermosa, dónde mientras mi amor, mi gran amor, me declaraba amor eterno, yo le revelaba lo que soy: una payasa irremediable y feliz

martes, 25 de agosto de 2009

Hermanita

Quisiera estar ahí, donde te duele, para darle un masaje a la angustia que te ahoga, para que no te apriete tanto el alma y te deje respirar y me puedas sonreír, como lo hacías mientras miránbamos las estrellas frente al mar.

sábado, 15 de agosto de 2009

Otra mirada

Hay distintas maneras para todas las cosas. Yo elijo siempre, y para todo, agregarle un poquito de soda. Porque las burbujas me hacen cosquillas, y me hacen eructar.
La magia está en comprender, no se necesita nada más, sólo comprender, que todo es un sueño, una ilusión. Claro, no es más que un momento que pasará, como todos los momentos que se suman en un tarro de vidrio rotulado. Si bien las marcas quedan, es porque se trata del índice ordenado alfabéticamente de los rótulos de cada tarro de vidrio. Así cuando haya que recordar algo, sólo debemos tocarnos levemente la cicatriz, hacerle un par de caricias para que no se queje y después continuar con lo que estabámos haciendo, como por ejemplo, poniendo la ropa sucia en el lavarropas.
También está bueno romper algo, como al pasar, distraídamente, o perderlo... sí, mejor es perderlo.
Ahora que ya pasó tiempo, me río. Me río de la locura que a veces me invade y que me hace cantar en medio de la oficina ante los ojos de los demás. Me miran raro y esperan que diga algo en mi defensa pero lo que no saben es que soy totalmente indefendible. Y les regalo una flor, un bombón y una sonrisa, para que se les quite lo gris que a veces les asoma por debajo de las patillas. No, no me entienden, y nunca me van a entender, porque no comprenden, como yo, que a todo, si se le pone un poquito de soda, se vuelve de otro color.

martes, 7 de abril de 2009

Laboratorio

Idea, loca idea, descabellada, atrevida, imposible.
Allí, en el laboratorio nocturno de numerosas sospechas, se prueban los sueños repetidos, insistentes.
Las explosiones seguidas de desborde colorido se nutren de la adrenalina generada por el deseo de realización urgente.
Las mezclas se mezclan, promiscuas, severas, tratando de sacar algo en limpio. Apenas es un bosquejo de lo que será y sólo se puede ver un hilo cristalino, frágil, a punto de disolverse.
Las fórmulas funcionan al revés pero eso no tiene importancia, todo es a prueba y error aunque se lleve la vida en eso.
se calcula sobre la pizarra millones de veces. Se combinan sabores, texturas y colores otras tantas veces y todas las veces que sean necesarias. No!, Sí! Probemos otra cosa.
Y las luchas internas, decisiones que hay que tomar porque nos gusta todo pero hay que sacar algo, pero a qué renunciamos? que dejamos en el camino por el bien del trabajo final?
No no no no, borremos y hagamos denuevo. Eso probémoslo otra vez, si se cae hay que levantarlo...cuanto costará conseguir ese efecto?
Locura, vorágine, vértigo: locura del momento de la creación.

miércoles, 25 de marzo de 2009

ATASCADA


Hay una espiral sin fin, como el pozo de un aljibe profundo, húmedo y oscuro, que a veces es iluminado por la luz de la luna.
Cuando esto ocurre se pueden ver las piedras mohosas que lo conforman: resbaladizas...sí, resbaladizas. Y tratar de salir es muy difícil, sobre todo cuando las zapatillas no son las adecuadas.
Entonces se piensa, o se recuerda el momento en que se las calzó y no se pensó en lo importante que es saber cual calzado ponerse cuando amanece y es la hora de levantarse.
Salir.
Escribir algo gracioso no es posible, lo gracioso sale sólo cuando se mueve el cuerpo. Y llevar a cabo una idea es terrible cuando no se la ensayó previamente.
Así desaparecen las agujas, y se caen los secadores.
Puf, todavía está resbaladizo, y los brazos flaquean. Arriba se puede ver la luz, y una leve brisa llega por momentos. Es raro, la oscuridad no asusta, quizás sea porque el pensamiento está en cómo diablos salir de ese atasco.
Y entonces? Como se llegó hasta ahí? Cómo se llegó a estar a punto de caer al infinito del bloqueo, si no se tenía idea de que las malditas zapatillas no son las que tendrían que ser?
Caer al agua no sería nada. Flotar un rato haciendo la "plancha" no estaría mal.
Daría la sensación de vientre materno: estar flotando en un líquido y ver la salida ahí arriba...o abajo.
Salir.
Siempre se vuelve a lo mismo.
Salir de la ducha, salir de la cama, salir de compras...salir.
Me pregunto dónde habrán quedado esas Timberlan todo terreno..."

jueves, 19 de marzo de 2009

Elementos...

...que necesito para desarrollar la idea de un número de clown para presentar en el ensayo del sábado

Bolsa de papel o sobre de papel
Un marcador negro grueso
Papel de diario
Un globo
Un palo de escoba o escoba completa
Una percha de madera
Una piola o soga fina
Una banda elástica
Una pelota de goma pequeña
Una prenda de vestir, o dos
Una barra de cereal
Dos tazas
Una tetera o jarra
Una manta
Un alfiler

miércoles, 18 de marzo de 2009

Rayuelarte

SÁBADO 21 DE MARZO: DE 20 A 22 HORAS, 9 DE JULIO

La 9 de Julio se vestirá con rayuelas en honor a CortázarSerá en el marco de una intervención cultural denominada "Rayuelarte", que prepara la artista plástica Marta Minujín para el próximo sábado. La contraseña para participar será llevar un libro, un fragmento de un cuento o el nombre de Julio Cortázar escrito en una hoja.
La artista plástica Marta Minujín prepara para el próximo sábado una intervención cultural denominada "Rayuelarte", para la cual convoca a la participación masiva de la gente en la avenida 9 de Julio entre Bartolomé Mitre y Perón. Todas las personas que deseen participar de la experiencia que reúne tres lenguajes artísticos (música, literatura, artes visuales) deberán llevar un libro, un fragmento de un cuento o el nombre de Julio Cortázar escrito en una hoja, esa será la contraseña para participar. Más de 100 rayuelas con sus piedras mágicas serán emplazadas en los carriles de la avenida, en tanto grupos de saxofonistas crearán sones inspirados en Charlie Parker haciendo alusión al cuento "El Perseguidor" de Cortázar. Las reglas son simples: doce personas del público podrán ingresar simultáneamente para dar comienzo a la acción y guiados por altavoces, deberán tirar las piedras mágicas dentro de las rayuelas hasta llegar al Cielo. Mientras sigan ganando seguirán avanzando y los que no, deberán retirarse. Quien haya ganado todas las rayuelas de su carril, se podrá llevar la piedra mágica firmada por Marta Minujín. Luego, las rayuelas serán donadas a las escuelas municipales cuyos alumnos o profesores escriban el texto voluntario más interesante sobre esta acción de arte efímero.

martes, 17 de marzo de 2009

Agreste


Impregnada en la piel del aroma de los bosques, mirando hacia arriba, hacia las copas de los árboles añejos, buscando algún aguilucho para completar el cuadro agreste en su cabeza.
El aire fresco le rozaba el rostro, acariciándole levemente las mejillas.
Respiró hondo tratando de recolectar todo el aire puro que pudieran tomar sus pulmones ávidos de una naturaleza auténtica.
Estaba recostada sobre la tierra, con los brazos y las piernas estiradas, inmóvil, viviendo la experiencia de las percepciones mínimas.
Quería registrar cada detalle, desde el ruido de las hojas movidas por el viento, hasta el andar tenaz de la hormiga, cargada con el tesoro que será su alimento en el invierno.
Pensaba que si se movía, aunque sea un centímetro, estropearía la perfección de ese momento, y sólo se limitaba a respirar, y a dirigir la mirada hacia los detalles de tanta belleza.
Así, se detuvo en la corteza de un pino, en una piña recién caída del árbol, en el movimiento del suelo, provocado por seres invisibles, escondidos de la vista humana.
Los sonidos, perfectos, le susurraban al oído cantares ancestrales, y secretos cifrados, develados en los cantos de los pájaros, y en el sonido de las hojas que dibujan su sabiduría al ser estimuladas por la brisa, curiosa de saberes.
Podía quedarse así hasta la eternidad si se lo proponía, hasta pensó en quedarse toda la noche en ese bosque, para experimentarla en un ámbito diferente al civilizado, distinto al que estaba acostumbrada.
Sí, quería una noche salvaje y muy distinta a las noches vividas hasta ese momento, llena de alarmas y luces artificiales.
Era más fuerte que ella, ahora, el deseo de quedarse allí, sin moverse, sin emitir sonidos, sólo yacer en suelo y ser parte de la naturaleza.
De pronto, una voz amada pronuncia su nombre interrumpiendo la magia de la soledad.
Alguien la llama amorosamente invitándola a compartir otro momento, otro lugar.
Y ahí, en ese momento, se dió cuenta, por primera vez, de las múltiples formas que tiene la felicidad.