jueves, 13 de mayo de 2010

Descarga

Acá estoy, impregnándome de cosas que me llevan por delante. Intento entender todas las otras cosas que no comprendo, y la cabeza se me llena de pajaritos o de tata dioses y huelo a campo en medio del asfalto intoxicado de la ciudad. Hay un porqué, lo sé, pero no sé decirlo. El vestido de flores no me queda como antes y no quiero otro. Un día vendré a reclamar y me van a dar una bofetada por impertinente y atemporal. Dónde es que está esa mirada que todo lo puede?. Un perro rosa y salamero me huere el zapato y parece que le doy hambre. Necesito amantes, me dice ese Don Juan en camiseta malla y saludo al revés, tan simpatico con su pantufla agujereada y sus ochenta años en la espalda. Hay algo que me pica en el hombro mientras me dice algo al oído que no sé escuchar y solo balbuceo las frases que alguna vez escribí en aquellas cartas que mi timidez me obligó a dejar guardadas en el tercer cajón de la mesita de luz. Hoy no hay beso. Me paso leyendo la historia y no sé a dónde quiero llegar porque el camino amarillo se acabó hace rato. Es que acaso estoy en Kansas? No, es más simple o más complejo que eso. Para llegar a casa sólo necesito que se hagan las 7 de la tarde y encuentre el perfume que me calma y me sana de todos los males del mundo. Pero también es el que me enloquece y el que quiero esconder debajo del tapete de la puerta para que no me moleste con sus interrupciones. Nada, necesito esta descarga. Hoy creo que acepto invitaciones. Quizás porque hoy es mi último día Beatle.

sábado, 10 de abril de 2010

Pirata


He sido pirata. Supe de memoria los siete mares y, como buen marino, he tenido un amor en cada puerto. Supe del aroma del mar en plena tierra y de la sed de ron en las noches de soledad. He pasado por las tormentas más perfectas, y sé de patas de palo y parches en los ojos. Se del llanto salado de las despedidas y de las peleas a muerte por un amor irremediable. Conozco de los tesoros que hay en lo más profundo, y del canto de las sirenas que obligan a atarse para no volverse loco.
He conquistado lo inimaginable. He conocido lugares insospechados, me he perdido en junglas impenetrables y he amado hasta la locura. Esa locura que hace estremecer hasta el punto de no ser. O de ser mar, o de ser aire, o viento. El mismo viento que ha llevado mis velas hasta su puerto en cada invierno, cuando el frío aprieta las entrañas y ni el alcohol puede calentar el alma.
He peleado contra los más bravos, he ganado batallas y quemado navíos. He sufrido de todo tipo de heridas: de las mortales, y de las otras.
El salitre curtió mi piel y ya nada me lastima en apariencia. Tengo riquezas escondidas en la arena que no pueden comprar lo que he perdido.
Me han temido como se teme al mismísimo diablo. Me han odiado. Pero he logrado terminar con todos mis motines.
Supe ser libre y he sido preso. Supe ser valiente y he sido cobarde.
He sido tantas cosas, que no me alcanza el tiempo.
He sido pirata. Y no me arrepiento.

martes, 16 de marzo de 2010

EL VIEJO TRUCO

Hola, que tal?. Me preguntaba si podrías enseñarme ese truco que te sale tan bien. Sí, te ví en un par de presentaciones y la primera vez tuve esa sensación que me da a veces de conocer a la persona de mucho antes, de otra vida, o de una vida paralela , sí, soy fanática de Lost y de Fringe, y me apasiona la física cuántica. El otro día vi un volante donde decía que dabas clases de tus trucos. Y bueno, vine para eso, para que me enseñes a hacer lo que hacés, pero no me pidas que me ponga de cabeza porque tengo vértigo. Podrías enseñarme una variante, algo que no tenga que ver con la altura ni con invertir la posición de mi cuerpo, o simplemente, puedo venir como oyente, aunque no haya mucho que oir, quizás alguna indicación de cómo poner las manos, o alguna corrección de postura. La verdad es que quiero tomar las clases para estar cerca tuyo. Sí, tomar la clase sería en realidad una excusa para acercarme a vos y conocerte. Saber quién sos y de dónde te conozco. Porque te conozco pero no te recuerdo. Y cuando de casualidad posás tu mirada en mí, siento que te pasa lo mismo. Me conocés, pero no me recordás.
Estoy segura de que si pasamos la puerta que separa los mundos o si pudiéramos espiar por alguna ventana hacia el otro lado, quizás descubramos que compartimos algo más que una clase de trucos. Una casa, una vida, un amor, un odio, una pena.
Quién sabe, no? Quién sabe quienes somos del otro lado.
Acá solo exite un curso de trucos que puedo tomar o dejar. Una alumna que podés aceptar o derivar, nada más.
Bueno, no te aturdo más con mi palabrerío molesto lleno de teorías en las cuales estoy segura que no creés, porque estoy segura de que pensamos distinto, creemos distinto.
Perdoname, no te pregunté cuanto cuesta la inscripción, ah, no, no es caro, en realidad no importa cuanto cuesta, si en definitiva mi interés en tu curso de trucos no es más que un truco para acercarme a vos.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Escritora

Hace mucho que no hablo de lo que me hizo mal. Y pensar en lo que fue, ya no me hace daño. Los caramelos estuvieron bien en su momento. Recordar el lugar exacto de aquel beso o de aquel golpe, o de aquel aroma a cafe recién hecho, es como una fotografía impresa en papel mate.
A veces me gustaría volver por un instante a aquellas tardes de sodero en la puerta y risas en el jardín de al lado. Pero también quiero estas noches calurosas de lectura en la cama, al compás de un ventilador de plástico barato mientras ella, a mi lado, diseña un programa en su notebook.
Hace mucho que no escribo, hace mucho, un año, desde que se me fueron las ganas de escribir. Pero no me duele tanto. Extraño a veces el ejercicio, pero no me molesta.
Y me han pasado cosas que seguramente me perdí en otros momentos. Como disfrutar de un cena tranquila, sin sobresaltos ni inspiraciones que no permiten perder el tiempo, porque no había que perder el tiempo. Hablo de la escritura por supuesto. Esa manía de contarle a alguien por escrito mi vida. Ese impulso sobreactuado de detallar paso a paso mis movimentos, todos, hasta los más mínimos. Por suerte he sido desintoxicada, pero ahora sólo escribo de vez en cuando, cuando extraño o cuando algo me inspira, como puede ocurrir ahora.
Ahora me inspiran ciertas texturas, como la de la fotografía mate, como la ropa recién sacada de la soga, como la piel de un bebé que se duerme sobre mi pecho sintiéndose seguro conmigo aunque sepa que no soy su mamá. Ahora me inspiran ciertos amores, de los buenos, de los que no condicionan, ni celan, ni enferman, pero que están ahí, latentes, y que preferimos dejarlos como están, así, dormidos.
Ahora me inspira la escritura porque sí, porque se me ocurre, porque tengo ganas, porque soy felíz.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Sobre lo desconocido

Lo que no se conoce, aterra. Y si aterra, mejor lo prohibimos porque como no lo conocemos, es malo... y si lo conocemos y nos gustó es muy malo. Entonces, como es malo, inventamos excusas como las religiones, para evitar que eso que no conocemos (o sí), y tememos, sea controlado de alguna manera. Y hacemos propaganda en contra, inducimos al odio y a la ignorancia, porque cuanto menos se sepa del asunto, mejor. Y para que esté bien controlado, tenemos que aterrorizar al de al lado, mintiéndole, diciendole que eso desconocido es súper contagioso, que una vez que lo dejaste ser, se extiende como plaga y te va a contagiar a vos, a tus hijos y a la comunidad toda. Y para que el otro piense como uno, hacemos mediante el boca a boca o los medios de comunicación, que se vayan creando odios, inseguridades. Entonces creamos guetos para tener a todo eso que desconocemos guardado en un lugar para que no moleste. Y que ni se les ocurra pedir por sus derechos! porque los derechos son de uno que se rompe la cabeza pensando en políticas de este tipo para tener bien lejos a lo desconocido.
No importa si eso que desconocemos, nos educa, nos sana cuando estamos enfermos, nos entretiene cuando vemos la tele o vamos al cine o al teatro, o está dejando la vida en un frente de batalla, o nos cuida los nenes cuando nos vamos a una fiesta de casamiento.
Tampoco importa que paguen los impuestos. Y gracias que los dejamos votar!. Pero que ni se les ocurra pedir por sus derechos por favor!. Por eso está bueno la burla, la descalificacion, la degradación en los programas de televisión, esta bien que se muestren cosas grotescas para que los demás no los tomen en serio y se dejen de una vez de molestar.
Porque, cómo se les va a cruzar por la cabeza a esa manga de seres humanos que preferimos desconocer, ignorar y ocultar como si no existieran, pedir por los mismos derechos que nosotros y encima, con los mismos nombres!

lunes, 23 de noviembre de 2009

Felicidad


Hay muchas cosas buenas. Y me están pasando a mí. Dicen que en la vida, uno va cosechando lo que siembra, pero nunca me imaginé que las mías eran muy buenas semillas. Hay amor. Será esa la receta?. Será acaso esa cosa de dar sin esperar nada a cambio?...


Hay un bichito, de ojos saltones, que camina todo el día por dentro y por fuera de mí, y que de noche duerme en mi corazón. Se alimenta de mis emociones y me dice cosas al oído.


Hay un cambio, que da vuelta todo, y, aunque esté patas arriba, está perfecto. Quizás sea esa sensación de vida plena, o quizás el mareo que provoca el envión que nos ayuda a volar.


Hay gente, que mira a los ojos y que te dice la verdad sin pronunciar palabra. Hay gente que te mira con ojos como de ciencia ficción y enseguida te enamorás perdidamente de ellas. Hay gente que se acerca y la electricidad de su piel te provoca pequeños escalofríos que te provocan risa.

Y está una, que no puede dejar de sonreìr y que no sabe que hacer con todo eso.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Movilizada


Noche movilizadora donde las maravillas se suceden de una en una y dónde , de repente, el corazón se salta del pecho para parase frente a mí y decirme: "Qué estás esperando?". Y la verdad que yo ya no espero nada. Entonces tomo mi nariz roja y me pongo a andar. O a mover el cuerpo, o a vivir. Y hace años que doy vueltas y vueltas sobre lo mismo, y ya no quiero dar más vueltas, ahora quiero ir directo al grano.
Y esto me moviliza, me provoca insomnio, me pone inquieta porque quiero todo ya, porque ya es hora de volver a la poesía , a esa poesía que me hace tan felíz. Y para eso necesito mis botines, mi vestido blanco, mi calzón rayado, mi sombrero con moño azul.
Entonces, cuando logro dormirme, sueño, sueño con payasos que me llaman, me hacen señas, se ríen y me esperan, me indican el camino y me revelan su secreto.
Y todo pasó anoche entre tanto amor desbordado, entre tanta locura hermosa, dónde mientras mi amor, mi gran amor, me declaraba amor eterno, yo le revelaba lo que soy: una payasa irremediable y feliz